Me encantó esta pregunta de una mamá, porque, a mi modo de verlo, todos sabríamos qué elegir si nos preguntasen a nosotros mismos.
Imagina que llegas a un nuevo trabajo y te dicen:
«Bienvenida a la oficina. Puedes escoger entre dos modalidades en la forma de operar de tu jefe. ¿Qué prefieres: que muestre su desacuerdo con sanciones o por comunicación a través de un correo?»
Es probable que algunos escojan la sanción con tal de no escuchar al jefe dar sermones. Como le dijo la abuela de un amigo a un policía de tráfico que tras un largo sermón le empezó a rellenar el papelito de la multa: «Oiga, señor agente, el sermón o la multa»
¿Qué son los castigos?
Un castigo es un refuerzo negativo, una respuesta hostil ante una acción o comportamiento que no agrada a quien lo impone. Puede estar justificado porque se ha quebrantado una norma en casa, o puede venir simplemente porque al adulto le molesta lo sucedido… tal vez porque, en su infancia, quien rompía esa norma recibía dos tortazos sin más.
¿Qué se busca con un castigo?
Que al niño le quede claro que «por ahí no se pasa», que eso no puede volver a ocurrir. Algo similar a cuando te ponen una multa. Después de pagarla seguramente nunca más te pases de la velocidad indicada ¿verdad? (nótese la ironía) Es más, estarás muy atento de que no te vea el que te castiga, hacer, con muchas más ganas, aquello por lo que te han castigado.
El problema es que quien ha sido castigado siente que, si se equivoca, hay un ataque esperándole. En el mundo adulto es algo así como aparcar en zona de minusválidos y, en vez de aprender algo de la situación y sus consecuencias, el castigo es soltar unos cuantos billetes de 50.
El niño aprende qué, si hace A pasará B. Y si B no le gusta, dejará de hacer A. Pero puede dejar de hacerlo con rabia, con impotencia, por miedo y, además, sin comprender realmente las consecuencias. Porque los castigos son sin sentido y buscando fastidiar.
- «Si no terminas tu cena, el sábado no vas al cumpleaños de Pepe.»
- «Si no le das el juguete a tu hermano pequeño, no ves la tele el domingo.»
- «Si suspendes matemáticas, te desapunto de equitación.»
¿A dónde nos lleva el castigo?
Crea incoherencia, hostilidad, desconexión con tu hijo y una relación frustrada.
Pero no castigar no significa no educar ni guiar. Al contrario, significa hacerlo de verdad.
Piensa en lo que realmente quieres lograr. Quieres que aprenda, ¿verdad? Y aprender no es solo dejar de hacer algo por miedo al castigo, sino comprender el porqué de las cosas y elegir hacerlas de otra manera porque entiendes que es mejor.
¿Y cuáles son las alternativas?
Las consecuencias naturales y lógicas. Tengamos en cuenta la edad del niño para amoldar las siguientes herramientas.
Antes de pensar en realizar una de estas cosas, revisa antes lo siguiente:
+ ¿El niño sabía con claridad que no debía hacer eso? ¿Se le explicó de forma clara?
+ Si está en medio de una rabieta, espera.
+Deja el No para lo último. No te lances al No o al ataque gratuito por tu enfado. Valida si te sirve o no digas nada. Respira y luego actúa.
+ ¿Porque sientes la necesidad de castigar? ¿Te preocupa su seguridad? ¿Te molesta porque estas sobrepasado o cansado? ¿Le has ofrecido alguna alternativa? ¿Has conectado con el hoy? ¿Está llamando tu atención? ¿Está cansado o con hambre el niño?
Consecuencias Naturales
Son una maravilla, SON. Así aprendemos la mayoría de las cosas, si nos dejan.
Cuando un niño no quiere ponerse el chubasquero y está lloviendo, se mojará. Pueden pasar dos cosas:
- Que le encante y lo veas disfrutar bajo la lluvia.
- Que no le guste estar empapado y la próxima vez pida el chubasquero o pregunte si llueve.
Lección aprendida pues.
Antes de seguir, recordemos que hay ciertos casos en los que no se puede aplicar una consecuencia natural porque sería negligente, como no ponerse el cinturón de seguridad en el coche o querer meter los dedos en un enchufe.
Veamos algunos ejemplos de consecuencias naturales:
📚 No terminar los deberes
No hace falta entrar en un mal rollo ni hacérselos tú. Déjale ir al colegio así y que experimente por sí mismo qué pasa cuando no cumple con su responsabilidad.
- Previamente observa: ¿puede que tenga problemas de organización? ¿está demasiado cansado? ¿tiene un espacio adecuado para concentrarse?
- Luego, acompáñalo. Pregúntale cómo se sintió y observa si, después de esa experiencia, está más abierto a recibir ayuda o a pensar juntos una solución para que sea más fácil la próxima vez.
🛋️ Saltar en el sofá
En casa ya se ha dejado claro como norma que no se salta en el sofá. Un día decides no intervenir. Puede que no pase nada y se lo pasen genial, o puede que acaben con un coscorrón o dándose un golpe.
- Cuando ya no estén saltando, podéis reflexionar juntos sobre cómo se sintió cada uno. Quizás el adulto pueda ceder y permitirlo en momentos puntuales o con ciertos límites, o quizás sea innegociable y, después de una caída, sea un buen momento para hablarlo (sin reproches, sino como aprendizaje).
- Dales opciones: si están saltando en el sofá, probablemente necesiten moverse. ¿Podemos ofrecerles otra actividad de movimiento, equilibrio o juego que les ayude a canalizar esa necesidad?
🍽️ No querer cenar porque está jugando
Ya le has avisado un par de veces de forma clara y cercana que es la hora de cenar ahora y que cuando se acabe no habrá nadie para sacarle la cena. Cuando sea hora de ir a lavarse los dientes, guardamos todo, apagamos y vamos a prepararnos para la cama.
- Lo más probable es que, en algún momento, tenga hambre. Y ahí será un buen momento para hablar de lo que ha pasado, por qué tiene hambre ahora y cómo se puede hacer mejor la próxima vez.
- Ojo: Ten en cuenta cuándo elegir aplicar esta consecuencia natural. Debes asegurarte de que tienes el tiempo y la tranquilidad para sostener la situación sin entrar en enfados. En la próxima cena será más fácil preguntarle “¿qué pasa si no cenamos?”.
🎉 Llegar tarde a un cumpleaños
Es sábado y hay que salir de casa a las 10:30. Tu hijo sabe que debe vestirse solo y cuánto tiempo tiene. Incluso puede tener un reloj de arena si eso le ayuda.
- Son las 10:30 y no está listo. Puedes esperar en el rellano leyendo un libro y salir cuando él esté preparado. En ocasiones, no están listos hasta casi dos horas después porque se han quedado jugando, y al llegar al cumpleaños, verán que ya está terminando.
- Importante: Elegir bien cuándo aplicar esto. Quizás un cumpleaños para un niño de 4 años es demasiado duro, pero no bajar al parque un domingo puede ser una lección más asumible.
Consecuencias Lógicas
Son consecuencias que tienen sentido con la acción, no son castigos disfrazados. Son lo que harías con un amigo. Si un amigo te grita, es probable que le digas que no te gusta y te vayas a hacer otra cosa, pero no le dirías: «Si me gritas otra vez, te rayo el coche.»
Las consecuencias lógicas son herramientas muy útiles en el día a día y, además, encajan con los ritmos rápidos que llevamos en la ciudad.
- No deben aplicarse con enfado.
- Se avisan con antelación.
- Se expresan con firmeza y respeto, sin humillar.
- Ayudan a los niños a comprender la relación entre sus actos y sus efectos.
Veamos algunos ejemplos:
🎂 Prepararse para un cumpleaños
Utilizando un ejemplo de consecuencia natural, pasado a consecuencia lógica. Si no está listo a las 10:30, no vas a poder llevarlo porque a las 11:00 tienes otro recado.
- Si decides esperarlo hasta las 11:00, podrías decirle que por la tarde irá al parque media hora menos porque necesitas recuperar el tiempo perdido en la mañana.
🛁 Salpicar en la bañera
Si salpica el agua fuera de la bañera, tendrá que secarla antes de ir a cenar.
- Pero antes de aplicarlo: asegúrate de que lo sabe con antelación y que tiene los recursos para hacerlo (según su edad, dale opciones sobre cómo puede secarlo).
- Así aprende que salpicar fuera tiene una consecuencia lógica: si lo hace, tendrá que encargarse de limpiarlo.
💤 No querer ponerse el pijama
Hay un tiempo para leer antes de dormir. Si tarda mucho en ponerse el pijama, ese tiempo de lectura se reduce.
- “Es posible que esta noche no podamos terminar el libro porque todavía no tienes el pijama puesto.”
- Dilo desde el cariño, como un recordatorio de que quieres compartir ese momento con él: “Me apetece muchísimo leer contigo y tener ese ratito juntos, así que si terminas rápido, podemos aprovecharlo más.”
🛝 No parar en el parque para volver a casa.
Cuando ya has avisado con claridad, que tras 2 bajadas más de tobogán vamos a coger la mochila y vamos a caminar todos a casa volando como alicornios, resulta que siguen alargando el límite, y se van corriendo a los columpios y piden más y más. Se puede comunicar que es una pena que vais a tener que venir solamente los sábados al parque porque no sabemos todavía parar a tiempo para seguir con las rutinas y nuestras responsabilidades en casa.
- Es decir, explicas con claridad que esa acción no vais a poder hacerla porque el niño no esta preparado para cumplir con la responsabilidad que conlleva la acción. Esto puede ser aplicable a apagar la televisión cuando son más mayores tras ver un capítulo.
Comodines:
El juego.
Siempre tenemos el juego y la imaginación en nuestro poder, no hace falta entrar en riña continuamente, o en super seriedad y educación monumental.
Elige batallas, hay muchos momentos del día que podemos tirar con el juego. Es super difícil sacarlo, muchas veces ni nos acordamos, pero está ahí y es super útil. No te repitas, si quieres que entren en el coche y están como locos correteando diles “¡ a ver dónde nos lleva el submarino!, buah, espero que no se rompan las ventanas” y vas improvisando.. las personas son peces raros, los coches otros submarinos…,
Puedes ponerle voz a las toalla del suelo cuando quieres que las recojan que hable la toalla, “ohh nooo nadie me lleva con mi padre toalla, otra vez aquí mal oliente me quedaré, y luego mi amiguito se quejara que no le seco bien, no quiero quedarme aquí jooo, ¿igual peso mucho? ¿Igual no saben donde esta mi casita?”
Puedes cantar lo que les dirías si ves que no escuchan, “ay ese vasito esta muy cansadito, seguro que le encanta que antes de poner más lechecita se la beba la pequeña juanititia, debe estar tan hartito de estar mojadito, pobre vasito que cansadito esta”
Puede decirles lo solito que va a dormir el cepillo de dientes en el lavabo mientras están todos en el vaso juntitos y calentitos.
Dale caña, es la gran oportunidad de estar un poco “pa allá”, para divertirte y desestresarte.
Elegir batallas.
Vas a ser el amargado de la fiesta como las elijas todas, algunas parecen que van ser el fin del mundo y que tu hijo se va a convertir en un delincuente si sigue comiendo debajo de la mesa. Elije seguir siendo un poco molón también. Escoge según tu energía, según la importancia y según lo que estes trabajando esa semana con ellos. Ten en cuenta si está cansado también o le pasa alguna cosa. Piensa en tu hijo como un amigo, déjale pasar algunas, conecta y disfrútalo.
Espero que esto aporte claridad y más liberación que peso, que cada vez que podamos actuemos desde el amor y no desde el miedo o patrones no cuestionados y que tiremos hacia delante solo con lo que tenga sentido para nosotros.